10 CONSEJOS GUIONÍSTICOS QUE NADIE ME HA PEDIDO

Por Gabi Ochoa

Ha sido terminar el año (y comenzarlo) y han emergido las listas de lo mejor, lo peor, lo más fistro,… de todo. A mi, la que más gracia me ha hecho es esta lista de los corruptos de este año. Eso, de todo hay.

Y yo no iba a ser menos. Tarde, pero nunca es tarde, si la lista es fistra y la mía lo es. Porque para qué ponerse sesudos. En esto del guión tengo dos o tres certezas, y creo que las olvidé en algún momento.

En todo caso, aquí van mis 10 consejos guionísticos que nadie me ha pedido:

– “Escribe con la pistola en la nuca”. Sí. No es literal, que no está la cosa… pero piensa que la tienes, piensa que te presionan. Cuando nos relajamos no es que procrastinemos, es que somos los putos reyes de mirar vídeos de perritos y gatitos. Ah! La frase de arriba no es mía, es de Sanchis Sinisterra.

Que monos, eh! ^.^

– Insiste. No pares nunca. Nunca te rindas. O si te rindes, que sea una rendición parcial, para coger fuerzas, para cambiar de tercio. No sabéis la gente que he visto caer en el camino. Yo a veces me he rendido, de hecho últimamente y todo, pero siempre termino aplicándome aquella frase tan cutre de película de Van Damme “Retroceder nunca, rendirse, jamás”

Para muestra un botón: Mod Producciones dice en su página que no recibe gente. Aunque luego lo desmintió Fernando Bovaira en la Roda de Guions organizada por EDAV y CulturArts, yo ya lo sabía. Había pedido cita y había ido. Ellos mismos me lo corroboraron: lo hacen para evitar las avalanchas. Me pasa igual con un productor “de cuyo Velvet no quiero acordarme”. Alguna vez quedaremos aunque sea para hablar de cosas de padres 😉

– Deja Instagram, twitter y Facebook. O déjalo por un tiempo. Deja de dar likes a las fotos de López Lavigne, a los post graciosos de Ramírez Mascaró y Alberto López y favs a David Muñoz. De verdad, eso no te da trabajo, te hace estar en la pomada, pero dime la verdad: ¿Vives de comer pomada? No. Pues ale, a escribir ceporro.

No hagas caso a Sergio Barrejón. El guionista más irreverente del planeta España (aunque viva en Alemania) siempre en su afán de contagiarnos de sus obsesiones (Sergio no, no voy a hacer una maratón) nos dice que si curramos mucho podemos sacar 2 guiones al año, veremos 104 pelis (al año) y leeremos 52 guiones (al año, claro). Mentira. Seamos sensatos. Lo importante es currar, cada uno a su ritmo. Que sacas 2 guiones al año, guay, pero no te agobies. Esto me lleva a otro consejillo barato…

– Márcate tiempos. Es lo más fácil y sencillo. A mi me ha funcionado. Cuando vendí el último proyecto fue porque trabajé con un objetivo claro: en primavera tendré el proyecto para venderlo. No me digáis porqué, pero creo que primavera es el momento estupendo para “vender”. La sangre altera, los productores están tontorrones, y yo-que-sé, a mi me ha funcionado. Pamela Douglas en “Cómo escribir una serie dramática de televisión” hace un planning que pese a ser muy americano os digo que funciona.

– Lee. Así de simple y tonto. Quítate de Facebook y léete un buen libro o un buen guión. Yo soy de teatro, leo mucho porque aparte soy profe de teatro y porque para el diálogo creo que es esencial. Me hierve la sangre cuando a un guionista le hablo de Pinter o Stoppard y me dicen: Quién?

– Queda con guionistas. Un café, una pizza, un cine. Somos un ecosistema aparte, asúmelo. Siempre sabrás en qué andan los otros, podrás leer sus proyectos, que te generarán ideas, puede que lean los tuyos y te den buenas ideas. Siempre que puedo lo hago. Con mis compis de Guionistasvlc (Paco y Rafa más, Martín en DF cuando regresa y a Héctor cuando voy a Madrid), pero me veo con Marci Menéndez, con Carlos López, con Juanjo Ramírez,… (estoy abierto a verme con más, eh 😉

– Asúmelo: Nunca serás Juanjo Ramírez ni Alberto López. Tú eres más de drama. Si eres de comedia, ábrete un twitter a lo Gerardo tecé. Si lo eres, ponlo en tu currículum, que pillas curro seguro! Pero de verdad, estos chicos revientan todas las redes sociales con ver quien dice la animalada más grande. Me río mucho con algunas, otras me parecen asíasá, y otras son malas, para que engañarlos. Pero eso es lo que tiene escribir mucho.

– Sin embargo: Diversifica. El ejemplo Mr. Juanjo Ramírez. Está en veintisietemil proyectos y lo lleva de maravilla. Yo ando en 3 y voy agobiao O.o Pero es condición sine quanum. No conozco a ningún guionista que este esperando a que le llamen sin escribir nada. Que seguro que lo hay, eh.

– Sé de tu ciudad. Será una tontería, pero mira Dani Castro con sus visitas a Pamplona. Madrid solo es para trabajar, mola hacerse una paella en Valencia o un mojo picón en Gran Canaria. Eso es así. Y además, los “navarros” tenemos esta cosa curiosa del diferente. Tu idiosincrasia es propia. Como que no mola verte con un valenciano en Madrid y decir “Ie xiquet!”.

– Yo-que-sé afíliate. Yo te diría a EDAV o a FAGA, por compensar. En ALMA son muy guais, parece que todo pasa por allí. Y no. Aunque son muy majos. Pero afíliate, eso sí. Es muy importante que estemos unidos. Sí, seguro que te encuentras a algún/a guionista que te intenta hacer la zancadilla (a mi últimamente más de uno) pero sabandijas hay en todos lados. Esa gente tarde o temprano cae por su propio peso. Aquí estamos para ayudarnos, para echarte una mano, y las asociaciones y sindicatos están para eso.

– Admira a la gente que citas. Han llegado ahí por algo. Saben de lo que hablan. Juanjo, Marci, Carlos, Paco, Rafa, Martín, Héctor, Ramón, Pau, Javier, Alberto, Ángela, Vero, Antonio,… son muchos/as a los que admiro y seguiré admirando. Se enfrentan (como tú y como yo) todos los días a la incertidumbre de la página en blanco, y al final del día, hay algo. Eso es un tesoro. No lo olvides. Como dijo Trueba: “Yo no creo en Dios, creo en Billy Wilder”. Trueba creía en un guionista. Por algo sería.

Y todo esto se resumen en dos:

– “Traiciónate a ti mismo”. No escribas siempre comedia, o thriller, o scketches, o lo que sea que haces bien (sí, sé que esta no estaba arriba, pero quedaba tan bien, y es ejem… de nuevo, del maestro Sanchis SInisterra).

– Y otra vez: “Escribe con la pistola en la nuca˝. Y no te la quites nunca. Al final el cañón te va a hacer cosquillas ahí, y te sentirás más cómodo, ya verás 😉

Sí, lo sé, no son 10 son 12 o 13, pero oye, ¿quién dijo que las matemáticas era el fuerte de un guionista? O.o

Feliz año 2015. Que el trabajo venga a nosotros. Y si no, creémoslo.

TODOS SOMOS DANIEL CASTRO

La firma invitada de hoy es César Sabater, guionista y director de cortometrajes como “Cinema y Verité” o “Cinespañol”. En 2014 planea perpetrar su primer largometraje “Paella Today!!” y sí, también tiene ilusión.

Bueno, todos no. Rita Barberá no es Daniel Castro. Ni el señor de Inditex. Ni Amenábar. Porque “Ilusión” es una película pequeña que conecta con el espíritu de los que cerca de cumplir los cuarenta (o rebasándolos) andamos aún a trompicones por el audiovisual patrio confiando, todavía, en que llegará nuestro momento; cuando lo que eres, así sin paños calientes, es un loser. No importa que te lo recuerden tus padres, tus amigos o incluso (quién la tenga) tu novia. Aunque no lo quieras ver, no dejas de ser un gris mamporrero del audiovisual sin más voz que tus ingeniosos estados de Facebook. Y por muchos “me gusta” que tengas, eso no da de comer. Y lo sabes. Ya te han cortado la luz y el teléfono un par de veces.

Dani Castro

“Ilusión” responde a ese planteamiento escupiendo con gracia (sí, se puede) en la cara del propio autor y, por ende, en la del espectador. Porque con su primera película Daniel Castro cuenta la historia de un tal Daniel Castro (quiero suponer que con varios niveles más de oligofrenia que el auténtico) intentando levantar el proyecto de su primera obra maestra: una película musical sobre los pactos de la Moncloa. Sí. Un film en el que Carrillo, Suárez y otros personajes ilustres cantan con alegría sobre la hiperinflación, la OPEP y los sindicatos dejando paso, a golpes de compás, a la democracia. Yo, personalmente, pagaría por ver aquello pero Castro toma esa premisa de evidente influencias nanimorettianas (recordemos el musical protagonizado por el pastelero troskista de “Caro Diario”) como leitmotiv de su historia, porque el título no es casual: toda la película se sostiene sobre la ilusión (la palabra viene de illusio “engaño”) por levantar el quimérico proyecto del musical y recoger un Óscar, aunque sea de plástico y el discurso lo dé en un váter alicatado.

Y es en ese periplo de reuniones con productores, amigos consejeros y anacoretas (un genial Victor García León que me ha reconciliado, incluso, con su madre), una novia que duda abierta y brillantemente sobre el talento de su novio (Bárbara Santa-Cruz, tienes una solicitud de amistad pendiente) o las súplicas del penúltimo préstamo a papá para sobrevivir mientras llega “tu gran momento” cuando “Ilusión” se eleva más allá de lo anecdótico. Porque la base con la que está cocinada, su humor, es la verdad. Y ya se sabe que no hay nada más bello que la verdad. Aunque se disfrace de película.

Así y felizmente, el desvirgue en el largo de Daniel Castro responde con plenitud a las palabras de Jean Pierre Melville, aquello algo sobado de “tu primera película debe estar hecha con tu propia sangre”, pero tamizando su inteligente discurso a través de la ironía quijotesca, el patetismo bien entendido y el humor, siempre el humor por delante. Mención especial merece Michael Haneke (probablemente el verdadero y único “malo” de esta película), David Trueba demostrando que no sólo sabe estar fuera de plano y el póster de “Annie Hall”, un personaje más de la película que, a veces, sirve de manta para protegerse del fracaso además del frío.

Premiada en el Festival de Málaga y con el “Premio Feroz Especial” a la cinta que debería haber tenido mejor suerte comercial, desde hace un par de semanas “Ilusión” está disponible en Filmin.es. No os la perdáis. Daniel Castro (y un poco de todos nosotros) está ahí dentro.

https://www.filmin.es/pelicula/ilusion

LOS NAVARROS

Por Gabi Ochoa

Los navarros son una especie rara de escritores que habitan en provincias. Difícilmente salen de ellas, pero cuando lo hacen prueban las mieles de la compañía. Los navarros tienen miedo a la clamorosa contundencia del aparato teórico, y por eso se parapetan en diversas lecturas de poesía, narrativa o novela gráfica, que es como llaman ahora al tebeo de toda la vida. En la capital existen un par de ellos (que yo conozca) como Natxo López y Dani Castro, pero a buen seguro que si te pones a rascar, encuentras a muchos más.

Me encontré con un navarro el martes pasado en Madrid. Sin querer y casi a empujones aparecí en las charlas de DAMA, los Martes de DAMA. La culpa de todo la tiene Carlos López. Y allí también sin querer, conocí a Michel Gaztambide. Yo no sabía que era navarro hasta que Michel nos definió, mejor dicho, se definió a si mismo: “Yo soy un guionistas de provincias”.

He de decir que desde hace tiempo, no sé si por apellido paterno (Ochoa) o por omisión, me reconozco navarro, pero sin querer.

El ser de provincias tienes sus pros y sus contras: todo lo miras con esa extrañeza que da una urbe como Madrid, con una ingenuidad que a veces sonroja. Pero también, todo te parece tan lejano, tan inaccesible, que temes no estar a la altura.

Y creo que Michel definió muy bien algunos de los síntomas del escritor navarro:

–       Miedo a los teóricos. No es miedo, es más bien lo apabullante que resultan las normas de Syd Field o Linda Seger o los principios de McKee. Parece que si no los sigues, estás gilipollas. Y te preguntas que qué pasó cuando Shakespeare, Calderón o Esquilo escribieron. A ellos se les entiende, no les hizo falta un McKee que les sonrojara.

–       Creer en el deseo como la clave de la creación. El punto de partida debe ser el sentido común, la intuición. Debemos escribir con una oreja pegada a la calle, porque allí están nuestras historias. Como decía Michel, no nos ocultemos detrás de un móvil o un Ipod cuando a dos metros de ti se está creando, entre esas dos señoras que hablan sin parar en la parada del bus, una buena ficción. Abramos las orejas, demos rienda suelta a las historias que vemos y oímos. Esa es la actitud.

–       Hay que aprender a leer fotografías. Aquí Michel me dejó patidifuso, aunque luego entendí lo que quería decir: el cine es imagen, escribamos en imágenes. Solo podemos fotografiar lo externo (decía Erice), y a través de lo externo, podremos entender el alma, las intenciones del ser humano. No sirve de nada que describamos todo aquello que le pasa por la cabeza al protagonista si eso no lo vemos en escena, no lo reconocemos en una intención, en un gesto. Y recordó: “nosotros escribimos con una cámara”.

–       Dio un consejo muy de navarro: Levantarse media hora antes, así los problemas no te esperan, los esperas tú a ellos.

–       Pero el mejor síntoma es este: “El cine es coito, no masturbación”. Hay una relación con el otro (espectador) y nos debemos a ella. Él quiere conocer qué les pasa a los personajes, porque se mueven y actúan como lo hacen. Demos lógica a sus movimientos, a sus acciones.

Tal vez algún navarro más me esté leyendo y quiera decir “yo también soy navarro. Y yo”. Adelante. Declararse navarro tiene sus beneficios. No tienes que hacer la pelota por twitter al productor ejecutivo de la serie que esté en boga en ese momento, tampoco tienes que rendir cuentas de si has visto tal o cual serie, o estar en esa cosa rara (y viscosa) que es “la pomada”. Simplemente lees, escribes, disfrutas de la vida, compartes amistad (si es fuera de Facebook es hasta mejor), y de vez en cuando te preguntas que es eso de la ficción, que mecanismos tiene, etc.

Ser navarro es tal vez un estado de ánimo. Pero yo no me doy cuenta.

EL AMOR NO ES LO QUE ERA: IMPRE(CI)SIONES MÁLAGA 2013

Por Gabi Ochoa

Aún me dura la resaca de Málaga, pero mejor escribir así cuando el corazón te pide guerra. En plan telegráfico, breve apuntes sobre lo vivido en Málaga.

– Hemos tenido una buena acogida. No espectacular, pero sí buena. En el tete a tete con los periodistas algunos me comentaron que gustó, pero el nivel era muy alto. Aquí, por ejemplo, no nos dejan mal. “El amor no es lo que era” ha dejado buen sabor (eso quiero creer), pero le ha faltado la puntilla: el premio.

– También la prensa nos ha dado caña, como aquí. No todo iba a ser buen rollo.

– Mario Casas lo eclipsa todo. Incluso el ascensor. Me tiré 15 minutos esperando uno porque cuando llegó él como lo “acosaban” las fans, pues quería subir. Y no va solo, va con tres gorilas. Y todos no cabemos en el ascensor. Me alegro por su premio, pero chico, que eres más joven, sube por las escaleras.

– En la fiesta de clausura se pusieron un poco pesados con el aforo. Dejaron a la mitad del elenco de “Casting”, premiados en la gala, esperando. Llevaban un buen cabreo. Yo tuve que colar a unos invitados de Aida, porque se estaba poniendo la cosa fea.

– Lo de tener problemas de vista es una jodienda. En el photocall me pidieron que me quitara las gafas de sol. Me las quité, pero me molestaba mucho el sol. Les dije que si les importaba y uno fotógrafo me dijo “La noche es muy mala”. Le tuve que explicar que ojalá fuera eso, que estoy fastidiado. Lo entendieron pero el de EFE me sacó este momentazo de mafioso.

– En una entrevista me preguntaron, ¿Qué hay de ti en la película? Yo que no terminé de entender la pregunta le dije que mi tortuga Rori, ante la sonrisa de Blanca Romero que la tenía a mi lado. Bueno, creo que dice mucho de mi, aunque no sé si lo entendió (vamos, yo creo que tampoco). Es que esa pregunta y el clásico, ¿Qué querías contar? Son de poner cara de  O.o

– En la rueda de prensa Fernando Méndez-Leite me catalogo como el “increíble hombre menguante”, porque dije que era un honor y una responsabilidad cerrar Málaga y que me iría haciendo pequeñito durante todo el día por eso.

– La que se los llevó de calle fue Petra “Torbellino” Martínez. Qué vitalidad, qué energía. Compartimos micros la noche del viernes en RNE y durante la mañana siguiente estuvo estupenda. Ella de hecho, estaba en algunas quinielas para premio. Espero que lo tenga, tarde o temprano. Ella y los demás actores.

Hay veces que predicas en el desierto. En el pase del público, al ser después de la gala de clausura, la profesión mayoritariamente se fue a cenar (normal). Quise hacer una pequeña reivindicación de nuestro oficio guionístico pero no sé si cayó en saco roto. Nuestra peli es una peli modelo ICAA: la apoyó en guión, desarrollo y producción. Pero ese modelo ya no existe, el ICAA borró de un plumazo las ayudas a guión, que es lo que tuve que recordar al presentar la peli. Espero que alguien lo oyera.

– Me alegré mucho de los premios a “Casting” porque Jorge Naranjo es muy majo. También el de dirección de Jesús Monllaó, otra gran persona. A los dos los conocí en la presentación que hubo en Madrid del festival. Y por supuesto el capazo que se llevó Dani Castro y su “Ilusión”. Ahora tengo ganas de verlas todas.

– Pero si un premio me alegró fue el de dirección para Álex Montoya por el corto “Lucas”. Conozco el proyecto desde hace tiempo y en imagen (lo vi ayer) es magistral. Álex creo que es uno de los mejores cineastas españoles con futuro (para más inri valenciano, aunque no nació aquí). No entiendo como los productores de la terreta no se pegan de hostias por producirle. De verdad, creo que los productores y creadores de aquí deberíamos sentarnos para que casos como este no pasen.

– En algunas entrevistas metí caña al crowdfunding. Dije algo así como que no es la solución. Y no porque no la sea, siempre que puedo aporto a proyectos crowdfunding (en verkami llevo 4 entre festivales, cortos, largos y teatro, y en otras plataformas un par más), sino porque aunque es un buen bofetón a la industria, una manera de decir “si quieres, puedes”, hay que ver si pasa factura al concepto de industria, a la manera de rodar y de entender cine. Sirve y mucho para decir que por mucho que nos jodan vamos a rodar, pero no es el modelo ideal. En eso creo que todos estamos de acuerdo. Y me jode no haber apoyado en su momento a “Stockholm”, una de las triunfadores. El teaser tenía muy buena pinta, pero como siempre hay que decidir pues supongo que me decidiría por otro. Por ejemplo, estoy muy contento de ser papá de “Los increíbles” de David Valero.

– Luego están los Nunca: aquello que siempre me digo que no haré pero no cumpliré: nunca volver a hacer una peli de 3 historias, nunca estar tan serio en las entrevistas, nunca hablar más de la cuenta (en alguna entrevista solté algunas perlillas, pero creo que ninguna se ha publicado), o nunca comer gazpacho andaluz que con los nervios te repite.

– Con un periodista comparé a mi productora, Paloma Mora, con Isola Passola y Marta Esteban, dos referentes de la producción catalana. Sí, necesitamos productores fuertes en Valencia y gentes con agallas, y sí, necesitamos que nos miren a nosotros, los creadores valencianos de tú a tú, y que crean en nuestros proyectos. Esto, de momento, ha pasado con “El amor no es lo que era”.

– Una vez terminado Málaga, “El amor no es lo que era” sigue peleando: de momento tenemos 2 scrennings en Cannes. Además está inscrita en numerosos festivales, y pedida ya por 3 festivales internacionales. Creo que vamos dando pasos. Siempre digo que esta peli es una lucha pasito a pasito, pero todos los que damos, aunque costosos, nos están ayudando. Gracias equipo.

La nostalgia del futuro. Otro clásico del periodismo es preguntarte por tus proyectos de futuro. Pese a que me dije a mi mismo no decir nada, puesto que está muy en pañales, hablé largo y tendido con dos grandes periodistas sobre “90 USD” lo que estoy escribiendo ahora y lo que espero que sea mi segunda peli. Nada nuevo que no hubiera dicho por aquí, ya que es un proyecto que me acompaña desde el 2008, cuando hice un viaje a Ecuador que fue el motor de esta historia. Ahora estoy en fase de escritura, con una sinopsis de 5 folios de la que estoy muy contento.

– Por último: ayer vi, por fin “Lucas” de Álex Montoya. No solo me parecen merecidísimos los premios, no. Creo que hay que producir la primera película de Álex Montoya YA!!! Productores: ES UNA ORDEN.

http://www.canalplus.es/play/video.html?id=1059108&media=AF924502&cc=PLTVZC

LA BARBA DE LOS GUIONISTAS

Con una considerable trayectoria como guionista, analista de guión y creador de contenidos, Roberto Alfaro debutó en el cine el año pasado escribiendo el guión de “Ni pies ni cabeza”, de Antonio del Real. Actualmente se le acumulan los proyectos entre los que destaca la adaptación cinematográfica del cómic “De perros y de huesos”.

Por Roberto Alfaro

Bajo el techo del hogar, normalmente soy un tipo que tiende a la distracción y a procrastinar en un nivel experto-premium. Pero cuando salgo a la calle como un perrillo que tensa la correa y tira del amo como si no hubiera mañana, me convierto en un avezado observador. Supongo que esta condición viene de serie si nos queremos dedicar a juntar letras de una manera, por lo menos, medianamente decente. Por eso, bajo el prejuicio de la apariencia, suelo desconfiar de un guionista que habla más de lo que escucha, o que tiende a mirarme fijamente en los silencios antes que observar a la gente atractiva que pasa a su lado. O, ya el colmo, que simplemente pide “un café” sin reparar en que el camarero es una persona humana, y no entabla una conversación más empática del estilo “por favor, cuando puedas me traes un descafeinado con leche, de máquina, corto de café, con la leche muy caliente, en vaso, y con un vasito de agua, muchas gracias majo”.

Como veo que no acabo de explicar mi teoría de la observación, iré al grano: ¡¿Por qué coño casi todos los guionistas tenemos barba?! En serio, después de acudir a diversos actos de encuentro con compañeros y de tomar más de 470 cañas y 130 cafés (aproximadamente) empecé una tesis sobre el tema de la barba, pero a los pocos segundos la abandoné, y no por mi procrastinación innata sino porque era una auténtica chorrada de tesis. No me hacía falta perder el tiempo escribiendo folios y folios sobre un tema tan apasionante como la barba humana para coscarme de una máxima: los guionistas llevamos barba para imponer respeto. Alguna compañera del mundillo se sentirá rechazada, pero cuando hablo de barba también me refiero a bigote (más o menos poblado), perilla, pelusilla… y todas las acepciones que se os ocurran, así que todos y todas tenemos la opción (si nos da la gana) de entrar en el selecto club.

Al caso, me viene a la memoria el gran Pau Gasol. Una vez le escuché una anécdota que os relato: cuando Pau llegó a la NBA era un buen jugador que había conseguido títulos en Europa, pero aún no había explotado todo su talento en la competición de basket  más competitiva del mundo. Tenía cara de no haber roto un plato y de recibir collejillas de los All Stars. Era un fideíllo, un tirillas, y, lo peor, siempre se le veía afeitado de manera ejemplar. No jugaba mal, pero algo fallaba para triunfar en el entorno yankee: le acusaban de falta de carácter y de ser blando. Los pívots americanos se lo merendaban en el cuerpo a cuerpo. Pero entonces Pau encontró una solución: cogió kilos de musculatura, mala hostia, se atusó el pelo largo como Sansón, y lo más importante, se dejó barba. Al poco, le llegó la gloria. Ya no se amedrentaba, imponía a sus rivales, asustaba, y sobre todo, imponía RESPETO.

Gasol

Sinceramente creo que a los guionistas se nos ha perdido el respeto en esta España mía, esta España nuestra. Una buena pregunta sería saber si alguna vez lo llegamos a tener. Supongo que Azcona, sí. Pero el grado de valor actual, el que yo conozco al menos, es tirando a ínfimo.

Sabemos del poder del Sindicato USA, la labor de los agentes, la Black List, el poder de la INDUSTRIA americana, y demás. Vale, es otra liga, y es ridículo comparar. Es como pedirle al Rayo Vallecano que gane la Champions. Pero no veo tanto problema en copiar lo que funciona, en fijarnos en países como Reino Unido, Francia o Alemania, y sobre todo en dar valor a nuestra profesión. Además es gratis. No cuesta nada. Y ya no digo que nos dejemos barba (que también) para que nos respete el productor de turno o la cadena de siempre, sino para que nos respetemos y nos valoremos a nosotros mismos.

Debemos sentirnos orgullosos de lo que escribimos, sólo así no perderemos la dignidad cuando llegue la hora de negociar nuestro sueldo. Habrá veces que escribamos por amor al arte, algunas porque tenemos fe ciega en un proyecto, otras para pagar la hipoteca, y las menos para que nuestro nombre tenga un destacado en los libros de Historia del Cine/TV. Pero que todas ellas nos llenen, aprendamos, valoremos, e incluso disfrutemos con pasión y entusiasmo.

Tenemos que luchar por nuestros textos, moverlos por todas las vías posibles para que vean la luz, ser tremendamente activos, trabajar, trabajar, trabajar, ser constantes, y disfrutar del proceso. Todos hemos pasado por hacer trabajos gratis, por cobrar miserias, por escribir mierdas que nada tienen que ver con nuestro criterio de estilo, etc, etc, derrotismo, etc, etc, más derrotismo, etc, etc, etc… Pero recordad, estamos luchando día a día por lo que verdaderamente nos gusta, la mayoría de la gente no puede decir lo mismo, somos especiales, sintámonos orgullosos de ello.  

Un ejemplo. Uno, que es observador, se ha percatado de que en rarísimas ocasiones nos acordamos de nuestros propios compañeros en las entregas de premios. Creo que se vuelve a hacer patente la falta de valor a nuestro gremio. Aunque no lo comparto plenamente, me parece lícito que en estas ceremonias se critique al gobierno, a la situación del Tibet, al representante friki de Eurovisión, o al cuñado tocahuevos que no me ha pasado los langostinos en Nochebuena. Pero para treinta segundos de gloria que vamos a tener, en serio, me hubiera encantado que alguien se acordara de los propios guionistas o que se reivindicara nuestra profesión. Qué bonito sería acordarse de gente que nos inspira, que admiramos, que leemos con pasión, como Wilder, Allen, Kaufman, Goldman, Sorkin, y qué coño, Azcona, Alejandro, Guerricaechevarría, Gaztambide, y tantos otros.

Nos tenemos que citar más para darnos a conocer y conseguir romper el anonimato mediático. ¡“Guionista”, hay que decirlo más! Gente como Javier Olivares, Nacho Faerna, David Muñoz, Natxo López, Sergio Barrejón, Paco López Barrio… (que tenemos el gusto de leer por estos u otros lares), dignifican la profesión y son la punta de lanza con la que debemos asomar, aún más, la cabeza. Si os dais cuenta, ¡¡¡todos ellos con barba!!! Otros compañeros, entre los que modestamente me incluyo, como Salva Rubio, Raúl Serrano, Gabi Ochoa, Daniel Martín Novel… estamos luchando por hacernos un hueco y empezamos a saborear esas semillas que hemos ido plantando al cabo de los años. Y qué decir de aquellos que empiezan, hay talento y ganas de romper con lo establecido, y eso, estoy seguro, nos hará escribir mejores historias.

Aprovechemos que el mundillo del guión está más vivo que nunca gracias a la cantidad de vías que tenemos para mover nuestras historias y a las redes sociales: Alicia Luna es el alma máter de  #vinoguionistas, Daniel Castro y Juanjo Ramírez se han atrevido a escribir un guión en 24 horas y lo han publicado, éste último incita a que escribamos nuestro propio episodio de “Black Mirror” para demostrar nuestro potencial, con Fernando Hugo estuvimos charlando el otro día sobre una posible Black List española, guionistas patrios de postín cuelgan sus guiones en la red… y así un largo etcétera que suele venir avalado por unas simples cañitas o unos poleos para vernos las caras de vez en cuando.

Fuera de bromas, hay que seguir luchando y no desesperar a pesar de la que nos cae, estemos unidos, sin temor, sin negatividad, sin escusas, sin derrotismos. Nos dedicamos a lo que nos mola, no es ninguna cruz. Además, si la cosa no resulta, siempre nos queda la crucifixión, que no está tan mal, y silbar una alegre melodía. ¡Eric Idle simbolizaría a las compañeras guionistas (sin barba), y todos los demás a la legión masculina! Y, casualidad, ¡¡¡todos con barba!!! Os imagináis…