EN MADRID, UNA REESCRITURA

Por Gabi Ochoa

1. COCHE. BLABLACAR. EXT/INT. DÍA

Como otras veces, parto a Madrid. Durante el último año he viajado con relativa frecuencia a la capital. De hecho he trabajado más allí que aquí. Siempre que viajo tengo la sensación de dejarme algo, pero algo concreto (el cepillo de dientes, el peine), y luego pienso que lo que me dejo son otras cosas.

El Blablacar que he cogido es la torre de Babel: 1 inglesa, 2 alemanas, 1 argentina, 1 chico joven español, servidor y el conductor del monovolumen: un actor que está ahora con obra en el CDN.

Gran parte del viaje me lo paso durmiendo. Tengo excusa: me pasé hasta la madrugada maquetando y terminando el proyecto que llevo bajo el brazo.

Sí, es otro viaje de #moverproyectos

 

2. DIVERSAS PRODUCTORAS. INT. DÍA

El primer día me reciben 2 productoras. Llevo un proyecto que catalogo de atrevido osado, y así lo vendo desde el principio: es atrevido osado hablar de “eso” ahora. No voy a destripar de qué trata, pero aquello que para mi es atrevido osado, para mis oyentes no lo es tanto. Uno de ellos me dice que le han llegado ya varios proyectos con esa línea: “Parece que todos los guionistas queréis escribir de eso”.

Mi pitch consiste en un clip de vídeo corto de menos de 1 minutos (por cortesía de Iván Pérez, gracias Iván!), un dossier de unos 50 folios (ya lo digo yo, es excesivo) y una explicación que no pasa de 3 minutos. En ella explico la sinopsis, el porqué este proyecto y porqué nosotros (somos 2 guionistas) hemos escrito esto.

Las dos primeras recepciones son buenas, cautas, pero buenas.

 

3. COMIDA. BAR DE TODA LA VIDA. INT. DÍA

Quedo con un amigo que está intentando #moverproyectos fuera de España. Así, como suena. Consiguió un buen contacto en Sudáfrica y está leyendo proyectos que poder coproducir. Comentamos uno de los míos. En estas charlas, cuando hablas de tus proyectos es cuando ves tus aciertos y debilidades, y te motivan a seguir reescribiéndolos. Otra persona te da en los errores con más acierto determinación que lo harías tú.

 CORTE A

 

4. MATADERO. CINETECA. INT. TARDE-NOCHE

Asisto a la ponencia de Alejandro Hernández en Los martes de DAMA. Alejandro se centra en la importancia de la reescritura. Sigue algunas pautas que se ha marcado a la hora de reescribir. Me sorprende muchas de ellas, como por ejemplo cuando afirma que los guiones con muchas versiones es que no terminan de encontrar su tema y su forma, o que para saber qué querías contar, vete a la primera versión que con todos los errores que tenga es la más fiel a lo que querías contar.

Nos habla de los errores comunes, y cómo encarar una reescritura. Me llama la atención cuando habla del “scanner”, de cómo escanear tu guión a través de una serie de preguntas (“¿De quién es esta escena? o ¿Cómo he trabajado el subtexto en la escena? o ¿Son los personajes fieles a lo que son y a lo que quieren?“), y me sorprende con la técnica de la libre asociación de ideas, porque los guiones no son racionales y necesitan escarbar de manera no racional en ellos una mirada no analítica sobre ellos.

Esta técnica empieza con solo una pregunta: ¿Qué le pasa a mi guión? Y a partir de ahí sueltas todo lo que quieras, incluso palabrotas, sin pensarlo. Libre asociación, escritura automática. Encontrarás alguna línea que salga desde una verdad que no viste antes.

 

5. BAR CINETECA. INT. NOCHE

Paso un buen buen rato con Marci Menéndez y Carlos López tomando cañas y hablando de guión, cine y series. Le damos la enhorabuena a Carlos por “El Príncipe”, y pasamos un rato agradable. Debo mucho mucho a estos dos guionistas. No os podéis imaginar cuanto. Han sido unos consejeros estupendos en mis últimos proyectos.

 

6. METRO MADRID. INT. DÍA

Viajar en Madrid es ir de un lugar a otro en Metro. Soy una persona de paradas. Me sé Madrid por paradas. Me cruzo Madrid de punta a punta. Veo gente extraña, divertida, uno que entra cantando, otro que toca el acordeón, una discusión, una chica llorando,… el metro está lleno de historias, pero no me puedo quedar para (re)escribirlas y contarlas.

(ESTA ESCENA PODRÍA IR ENTRE LA 3 Y LA 4)

 

7. VARIAS PRODUCTORAS (DISTINTAS A LAS ANTERIORES). INT. DÍA

Otro par de pitchings y una entrevista-documentación charla para un proyecto de teatro. La charla me aporta algo, pero no es lo que yo pensaba habrá que repensarla cuando llegue a Valencia.

En cuanto a los pitchings… sigo sorprendiéndome por la buena acogida del proyecto. En algún caso he tenido la sensación de que no me querían dejar ir para firmar ya con ellos. En algunos casos creo que gusta mucho, en otros que pese a que gusta no está en la órbita de la empresa.

 

8. METRO. INT. DÍA

Antes de entrar al metro una llamada activa un antiguo proyecto. Me da un subidón de aúpa. Se lo digo a mi mujer por whatsApp y ponemos emoticonos de esos de la flamenca y las dos chicas que saltan ^.^

 

9. COCHE REGRESO (BLABLACAR). INT/EXT. TARDE-NOCHE

Voy con un compadre. Se llama como yo, Gabriel, y compartimos algunas cosas en común. Vamos solos él y yo. Llego a Valencia. Sigo Llevo días sin abrir Facebook. Estoy haciendo terapia de choque con redes sociales, empiezo a preferir las redes personales (cañas, tapas y buenas conversaciones). No me lo tengáis en cuenta. Escribidme un mail, llamadme y quedamos 😉

 

10. ESCRITORIO GABI. INT. TARDE-NOCHE

Reeescribo este post. Tacho algunas cosas, marco otras en rojito. Tacho y marco en rojo aquello que no interesa.

Preparo el viaje a Chicago con “El amor no es lo que era”. Del 4 al 9 de abril estaré missing 😀

 (CONTINUARÁ)

Una reflexión desde mi ventana

campanario_san_miguel

por Paco López Barrio

Hoy tocaba hablar de Víctor Ros. Ayer, de madrugada, un breve mensaje de Javier Olivares via Facebook me avisaba de su próximo estreno el 1 de abril. Así que he pasado la tarde dándole vueltas a qué podría decir sin spoilear. O, peor aún, sin revelar intimidades de cómo se ha cocinado esta serie, del porqué de los condimentos y aderezos que hemos puesto en ella, esas pequeñas cosas que quedan, porque ahí deben quedar, en el anecdotario del equipo. Vendemos guiones acabados y a nadie le importan las idas y venidas, ni el cómo o el porqué de las reescrituras. Me lo guardo como bagaje y punto.

Pero hace unos minutos han tocado las 12 de la noche en este campanario que vemos en la foto. La hora a partir de la cual suelo escribir: por tranquilidad, por biorritmo, por autootorgarme una ingenua aura de malditismo… Este campanario es el de la Iglesia de San Miguel, Patrón de Catarroja, el pueblo en el que nacieron mi mujer y mi hija y en donde vivo ya hace años, muy cerca de mi ciudad, Valencia. Así es como se ve desde la ventana de mi despacho. Escribo de espaldas a él, pero de vez en cuando hago una pausa y miro afuera mientras me fumo un cigarro. Abajo hay una plaza llena de naranjos. Si abro la ventana, en esta época del año, me invade un olor a azahar intensísimo. Para los valencianos, éste es el verdadero olor del paraíso, si es que tal cosa existe. Y he ido sintiendo que el post que necesitaba escribir hoy era otro muy distinto.

Os cuento: desde este rinconcito del mundo, tan furiosamente mediterráneo, he dedicado algunos meses del año pasado a imaginar el Madrid de 1895. No tiene mérito alguno: Verne soñó toda una vuelta al mundo, el fondo del mar y hasta la Luna, desde una buhardilla de París. Yo además tengo a mi favor la memoria real de mis paseos por Madrid, visitado en diferentes etapas de mi vida. Y en no pocas ocasiones he contado con la ayuda de Google Earth, para ayudarme a visualizar las aventuras de la Brigada Metropolitana.

Afortunadamente el guionista no necesita desplazarse físicamente para trabajar. Alguna reunión de vez en cuando si. Pero lo cierto es que gran parte de la coordinación se puede llevar ya a distancia, con el móvil, por email, en Facebook, mediante carpetas en Dropbox…

Víctor Ros ha sido, después de tantos años en el oficio, mi primer trabajo para fuera de Valencia. He viajado mucho por trabajo: algunos documentales me dieron la ocasión, hace años, de patearme el Himalaya o la Argentina. Pero el referente siempre había sido la televisión autonómica valenciana, o, al menos, productoras radicadas en Valencia. Pero ya me iba apeteciendo “jugar en primera división”, para alguna de las grandes cadenas estatales. Por muchas razones.

La primera debería ser porque siempre hay que aspirar a más, moverte en otros mercados, abrirte a otras mentalidades, a otras formas de trabajar… y eso suele suponer la necesidad de salir de casa. Algo de eso ha habido en el proceso que empecé hace algún tiempo de ir buscando posibilidades fuera. Pero, al final y por desgracia, tengo que trabajar para fuera porque aquí ya no se puede. El proceso de Victor Ros, desde la documentación previa a la escritura hasta el final del rodaje, ha coincidido en el tiempo con el último año de la agonía de la RadioTelevisión Valenciana, para la que trabajé tanto tiempo. No soy lo que la Ministra de Trabajo llama “un aventurero” o “emprendedor”. Soy, simplemente un exiliado, un emigrante… aunque bajo mi ventana huela a azahar, como profesional estoy ya en otra parte.

Sería bonito alternar trabajos aquí y allá, irme cuando me necesiten lejos, volver cuando me quieran cerca… asumiendo que estos trabajos creativos son, por naturaleza, itinerantes. Sería bonito volverse un profesional apátrida a base de mezclarse con los compañeros de otros orígenes, en otros lugares. Porque son necesarias todas y cada una de las sensibilidades que podamos aportar a un proyecto. Porque mi desvergüenza de la huerta combine bien con la autenticidad conquense de Javier, con el cosmopolitismo barcelonés de Anaïs… porque todo junto le dará buen sabor al guiso. Lo triste es coger el AVE sabiendo que lo que dejas a tu espalda es tierra quemada, que tal vez tarde muchos años en volver a germinar.

Un ejemplo: yo fui uno de los guionistas -que fuimos muchos- de La Alquería Blanca, el mayor éxito de toda la historia de la ficción valenciana. Lo pasé muy bien escribiendo para esa serie y lo volvería a hacer con gusto en un proyecto similar. Eso si: no deseo hacer ése tipo de serie para ése tipo de público durante toda una vida y no tener la oportunidad de hacer nada más. Pero aún deseo menos el no poder volver a hacerlo nunca. ¿Me explico? Me gusta irme, pero me gusta saber que podré volver. Me gusta tener mis años de viaje y mis años hogareños. Me gusta trabajar con nuevos compañeros, pero me gusta reencontrarme con los antiguos. No me gusta saber, por ejemplo, que uno de mis mejores operadores está ahora haciendo balances de blancos en un control de cámaras de Quatar. Y así muchos otros con los que he formado equipo.

Por eso, aunque mi participación en Víctor Ros ha sido una gran alegría, por lo que supone de alcanzar el centro de la industria y hacerlo rodeado de un equipo de maestros a los que admiro, no puedo dejar de pensar que el mundo, mi mundo profesional, tal como lo conocí durante tantos años se ha hundido.

¿Qué puedo -qué podemos- hacer entonces, por mi y por mis compañeros, por los que se han quedado aquí en una situación tan precaria? Pues se me ocurre que mi obligación para con ellos – y conmigo mismo- es trabajar lo mejor que sepa. Lo que popularmente llamamos “dejar el pabellón alto”, ayudar a que se entienda fuera que aquí hay buenos profesionales, a los que no siempre se les ha dado la oportunidad de demostrar lo que valen. Somos – la mayoría- buena gente, nos gusta nuestro trabajo, tenemos una buena formación… y aportamos chispa y buen humor. Que es una buena inversión incorporarnos a un equipo, que tenemos buenas ideas para compartir un proyecto, que somos serios… que no tenemos nada que ver con los sátrapas que nos han arruinado, que vale la pena trabajar con valencianos, yendo nosotros allá o viniendo ellos aquí. Que en este momento necesitamos, por encima de todo, que no nos olviden como colectivo. Aunque parezca que ya no estamos, estamos. Sin voz, porque nos la han cortado, pero existimos. Y sabemos y queremos.

Y otro día hablaremos de Víctor Ros. Quizá cuando ya se haya visto y podamos comentar detalles que ahora son top-secret. Cuando lo que he aprendido en ella pueda aplicarse a proyectos que ahora mismo no imagino en una industria valenciana renacida y reconocida. Para la que volveré a escribir junto a mi ventana, mi campanario y mis naranjos.

CÓMO SE ESCRIBEN LOS CULEBRONES EN LATINOAMÉRICA

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por Nacho Cabana*

El sistema de organizar la escritura de series diarias en España difiere radicalmente del utilizado en Latinoamérica, especialmente en México. He trabajado en este formato a ambos lados del Atlántico y, ante la masiva emigración de colegas hacia América, quiero exponer cuáles son las principales diferencias entre ambos.

Tanto aquí como allá existe una división entre escaletistas y dialoguistas con dos personas que coordinan cada área. El rol de showrunner (que actúa por ende como contacto con la cadena) puede ser asumido por el coordinador de diálogos o directamente por el productor. Usualmente, o el coordinador de diálogos o el escaletista es el creador de la serie.

En México el trabajo, por días, se reparte como sigue:

Día 1: Al igual que en España, se reúne todo el equipo para hacer el “diagramado” de la semana. Habiendo escrito previamente (durante la fase de biblia) una “sinopsis novelada” (el argumento general de la novela como si de un cuento se tratara con una longitud que puede ir de los 15 a los 20 folios) se procede a detallar lo que va a pasar cada día de la semana en cada una de las tramas. No se trata de una escaleta, sino de los hechos que van a acaecer en cada episodio independientemente de cómo se estructure luego cada trama. Se le puede dedicar dos jornadas.

Día 2: Un escaletista (o a lo sumo dos) escribe la escaleta del episodio del lunes, reparte las secuencias entre los tres o cuatro dialoguistas (usualmente por tramas) y se la manda a éstos.

Día 3. Los tres o cuatro dialoguistas escriben cada uno los diálogos que les corresponden del capítulo del lunes y los remiten a final del día (o de la madrugada) al coordinador de diálogos. Mientras, el / los escaletista(s) redactan la escaleta del martes.

Día 4. El coordinador de diálogos pega lo que le han enviado los dialoguistas y unifica contenidos del capítulo del lunes (y se lo remite al showrunner o al productor si él no asume ninguno de esos roles). Los dialoguistas escriben los diálogos del capítulo del martes. Los escaletistas redactan la escaleta del miércoles.

Día 5. El showrunner da el ok final al capítulo del lunes. El coordinador de diálogos pega y unifica el capítulo de martes. Los dialoguistas redactan los diálogos del capítulo de miércoles. Los escaletistas redactan la escaleta del jueves.

Día 6: El showrunner da el ok final al capítulo del martes. El coordinador de diálogos pega y unifica el capítulo de miércoles. Los dialoguistas redactan los diálogos del capítulo del jueves. Los escaletistas redactan la escaleta del viernes.

Día 7: El showrunner da el ok final al capítulo del miércoles. El coordinador de diálogos pega y unifica el capítulo de jueves. Los dialoguistas redactan los diálogos del capítulo de viernes.

Día 8: El coordinador de diálogos pega y unifica el capítulo del viernes.

Lógicamente el final de un ciclo y el principio del siguiente se suelen solapar aunque para ello el coordinador de diálogos falte (completa o parcialmente) a la sesión de diagramado.

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La principal ventaja de este sistema latino es que todo el equipo está constantemente al tanto de cada detalle de la trama, evitándose la fase de lectura que tanto tiempo consume en el sistema utilizado en nuestro país. En España, una persona puede escribir la escaleta o el diálogo de, por ejemplo, todo el capítulo del lunes. Si a la semana siguiente le toca redactar escaleta o diálogo del capítulo correspondiente al viernes, ha de leerse las 8 escaletas que hay entre medias (más la del episodio que va detrás del suyo, o sea 9). Si además, el escritor es especialmente disciplinado, ha de repasar también todos los guiones ya cerrados de la semana anterior (con lo que en su cabeza se mezclan presente, futuro y pasado).

Considerando que una escaleta tiene una media de 8 páginas y cada guión, 40; el showrunner se encuentra cada semana manejando 240 páginas nuevas cada siete días. Si la telenovela se prolonga un mínimo de 13 semanas, al final de la misma se habrán generado ¡3120 páginas de guión!

Es muy fácil, por tanto, perderse en algún detalle de la historia sobre todo cuando estos pueden (como es lógico) cambiar cuando se dialoga la escaleta y cuando se da el ok a la versión definitiva. Y que la narrativa de un diario no es, no puede ser, sintética.

Lo que se suele pedir en España a los dialoguistas es que no cambien ni uno solo de los acontecimientos que se detallan en la escaleta por muy ilógicos que les parezcan. Un cambio no previsto por parte de los dialoguistas o una intromisión a destiempo de la cadena pueden provocar el caos organizativo.

La desventaja de este sistema latinoamericano es que cada capítulo, al ser escrito por tres o cuatro pares de manos diferentes, tiene menos unidad. Y que un retraso en cualquiera de las fases iniciales provoca trabajar los fines de semana.

En México todos los guionistas cobran de todos los episodios, hayan escrito cinco secuencias o doce (se tiende a igualar en el reparto; al que le tocan menos escenas en un capítulo le tocan más en el siguiente y viceversa) Pero no todos cobran lo mismo, según la experiencia se cobra una cantidad u otra. Escaletistas y coordinador de diálogos ganan considerablemente más.

Yo he trabajado de ambas formas y creo que se tiene menos tendencia al caos en el sistema latinoamericano que en el español.

En Colombia, las series diarias suelen ser más complejas de producción que las mexicanas por lo que resulta imposible aplicar ninguno de los dos sistemas de escritura. El truco organizativo es que desde que la cadena aprueba una serie hasta que se empieza a grabar, pasa aproximadamente un año. 365 días que no se dedican a reescribir compulsivamente el piloto como si éste se fuera a emitir todas las semanas, sino a generar (más o menos) diez episodios mensuales escritos, tanto escaleta como diálogos por el mismo guionista (o pareja de guionistas). Hay al inicio del mes una reunión de diagramado de los capítulos correspondientes a dos semanas y luego se aplica el mismo sistema de escritura que en las series semanales. Cada guionista escribe su escaleta, que es oportunamente revisada por el showrunner y, una vez aprobada, pasa a se dialogada por él mismo en un periodo de dos o tres semanas. La cadena cuenta, por tanto, con un gran número de episodios cerrados con mucha antelación al inicio de la grabación lo que permite al equipo de dirección y producción agrupar secuencias de muchos episodios para optimizar el rodaje y poder hacer capítulos tan espectaculares como el piloto de la segunda temporada de “El Capo”

* Nacho Cabana (Madrid, 1968) es guionista profesional desde 1993 habiendo sido creador, escritor y/o productor ejecutivo de series como Policías en el corazón de la calle, Compañeros, Cuenta atrás, Médico de familia, UCO, Simuladores, Colegio Mayor, El porvenir es largo, SMS, El sexo débil, La teniente y así hasta sumar más de 300 guiones grabados en España y México. En el país azteca dirigió la película documental sobre lucha libre Tres Caídas (Loco Fighters) estrenada en el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges 2006 y presente en numerosos certámenes internacionales. También ha coescrito los guiones de los largometrajes No debes estar aquí (2002) y Proyecto dos (2008)

En 1993 se hizo con el premio Ciudad de Irún de cuento en castellano gracias a Los que comen sopa; en 2003, su novela Momentos robados es considerada la mejor de las presentadas en el mismo certamen y en 2014 es galardonado con el Premio L´H Confidencial por La chica que llevaba una pistola en el tanga.

Es miembro de la Academia Española de Cine así como jurado de los International Emmy Awards.

Actualmente colabora en la revista cultural Tarántula (www.revistatarantula.com).

¿QUIÉN PILOTA AL PILOTO?

vasile

por Paco López Barrio

El gremio lleva dos dias revuelto con este anuncio de Paolo Vasile, gran jefazo de Mediaset: no se dará la orden de arranque a ninguna serie sin haber visto y aprobado su capítulo piloto. Curiosamente las reacciones, abundantes, parecen contradictorias. Por una parte se entiende que es, o debería ser, lo normal. Y nos recuerdan que así se hace por ejemplo en Estados Unidos. Y al mismo tiempo se nota una gran preocupación, por lo que puede tener de invasivo en el trabajo de los profesionales. Desde Mediaset se pone como ejemplo la ya mítica Hospital Central. En este caso se hizo así y la serie funcionó muy bien durante muchas temporadas.

Aunque, si somos rigurosos, habría que decir que el ingrediente principal del éxito de Hospital Central aún ni se olía, ni de lejos, en el momento de presentar el piloto. La gran mayoría de espectadores a los que le preguntes, a dia de hoy, cual es el personaje que más huella ha dejado en su recuerdo, van a tener una respuesta muy clara: el Dr. Vilches. Este personaje, sin duda, tenía lo que hay que tener para convertirse en un gran referente. Salvo que no era cojo, era una especie de House (antes de House) a la española. Porque su competencia profesional era tan grande como su mala leche.

Pues bien, en la primera temporada de HC (y no digamos ya en el piloto) Vilches no es más que uno de tantos secundarios como arropaban a la pareja protagonista. Es más adelante, después ya de varias temporadas, cuando el personaje ha crecido y eclipsado a los demás. A partir de cierto momento la serie gira alrededor suyo. De hecho, Jordi Rebellón, el actor que lo interpreta se convirtió en el mejor pagado de la TV de aquellos tiempos. La cadena estaba dispuesta a firmarle un cheque en blanco con tal de que no abandonase la serie. Así que soy muy escéptico acerca de los poderes proféticos de un capítulo piloto. Y si me hablan de Hospital Central aún lo soy más. Porque no sirvió para detectar el «efecto Vilches», lo mejor de la serie.

vilches

Por supuesto, por poco fiable que sea el procedimiento del piloto, siempre será mejor que no tenerlo e ir completamente a ciegas. Los americanos lo hacen y nosotros somos devotos de las series americanas. Así que la estrategia debe ser buena. Nada hay más desastroso que estar rehaciendo el cap 1 cuando ya están escritos y casi rodados seis más. Y estas cosas pasan con cierta frecuencia, lo sabemos. ¿Por qué entonces ese escalofrío que nos recorre la espalda al escuchar la propuesta de Vasile? Porque le tenemos mucho miedo a la implementación concreta de la medida. Por muy razonable que parezca – y además lo es- sobre el papel, en la puesta en práctica existen demasiados factores que también merecerían pasar su propia prueba de fuego. “The big cagada factor” sigue estando agazapada en cualquiera de los muchos despachos implicados. No sabemos en cual. Pero estar, está.

Y me preocupa también el porqué y el porqué ahora. O mejor dicho, si el “porqué” de la cadena es el mismo que el mío. Que en parte lo es, pero en parte me temo que no. Me explico: en este país tenemos la desgraciada costumbre de “legislar en caliente”. Un ejemplo: seguramente nuestro Código Penal necesita una puesta al día. ¿Pero cuando nos acordamos de ello? Cuando algún crimen horrendo nos hiela la sangre. Entonces todo el mundo sale a pedir la pena de muerte, la cadena perpetua y lo que haga falta…

Me pregunto si, en este caso, no estaremos también ante un caso de reacción furiosa ante la sangre aún caliente. Todos sabemos, aunque sólo los muy metidos en el ajo conozcan los detalles, que la gran apuesta de ficción de Mediaset, Alatriste, está necesitando -según la dirección de la cadena- un serio trabajo de retoque que ha implicado no sólo remontar sino incluso regrabar partes enteras, con el coste que eso supone en una producción que ya es de por sí muy cara. Y que Vasile en persona ha supervisado esta cirugía mayor. Me consta que el equipo creativo es competente, mucho. Empezando por el director Enrique Urbizu y siguiendo por el equipo de guión en el que hay compañeros con un gran historial a sus espaldas. ¿Quizá otra gente -demasiada- ha querido dejar también su firma? Si alguien se anima a contarnos la verdad de Alatriste, aquí tiene nuestro blog a su disposición.

Y qué decir de Dreamland. Llevan meses trabajando en su prog. 1 sin que de momento haya obtenido el OK. Aunque en este caso el cesto parece tener los mimbres mucho más flojos. Por lo que se cuenta, y pese a un excelente equipo técnico, el programa no termina de convencer. ¿Mala dirección? ¿Mal diseño del producto? Vasile pasa con frecuencia por la sala de edición, a ver cómo va el tema, pero la luz verde no llega. Más allá de las pérdidas económicas se crea un grave problema de imagen: no ser capaces de llegar a buen puerto en un plazo razonable.  No es de extrañar que las alarmas estén saltando.

Así que, me temo, esta nueva política de pilotos para todo, más que un plan meditado, una estrategia integral de mejora de la ficción, parece ser una medida de emergencia y un aviso a navegantes. Porque otro desastre más no puede permitirse. Pero, al igual que sucede con el Código Penal, la legislación en caliente, en respuesta a  sucesos puntuales, no es nunca la mejor salida.

Hacer pilotos como práctica generalizada puede ser muy beneficioso. No sólo para las cadenas que minimizarán (no reducirán a cero, porque eso es imposible) el riesgo de darse un batacazo. Puede ser también muy bueno para el conjunto de la industria.

Hacer pilotos da trabajo. A las productoras y a la gente. Porque doy por supuesto que los pilotos se pagan y se pagan correctamente, sin rebajas, sin promesas de “si sale adelante, entonces ya tal…”. Muchos de nosotros firmaríamos por tener trabajo más o menos continuado en estos proyectos. Ojalá todo vaya bien y se conviertan en series de éxito y largo recorrido. Y para ello estamos dispuestos a echar el resto. Pero asumiendo también, con toda naturalidad, que muchos de esos proyectos se quedarán por el camino. Aún así sería beneficioso para todos: para los que han trabajado en ellos y para las propias cadenas, que tendrían sobre la mesa una variedad de propuestas para elegir. Hoy las tienen en forma de dossiers que les salen gratis, pero son menos fiables que un piloto.

Una política de pilotos generalizada y asumida como procedimiento normal entiendo que podria servir para dos cosas muy importantes: una, para elevar el nivel de riesgo de la ficción. Ideas que sobre el papel pueden parecer demasiado revolucionarias, convertidas en un piloto que convenza pueden animar a las cadenas a subir el nivel de su apuesta, que ya va haciendo falta. Y otra utilidad directa sería el que un piloto es una excelente oportunidad de testear, curtir, foguear, formar, consolidar… bajo la supervisión de otros compañeros ya veteranos, a nuevos talentos. Están haciendo mucha falta.

Ya se ha dicho en muchos foros que en España estamos trabajando en este tema con la pirámide invertida: casi todo el dinero va a producción y muy poco a desarrollo. Y debería ser al reves: echar el resto en los escalones más bajos, para que haya mucho donde elegir, y luego ir filtrando a medida que se sube. El piloto estaría ya sólo un escalon por debajo de la producción real, pero se asentaría sobre una gran masa de trabajo previo de desarrollo (que también se debe remunerar, ya que su coste es bajo en comparación). Desde ahí, a pasar, quien merezca pasar, a la fase de producción. Esto es hacer I+D audiovisual y lo demás son tonterías. Pero esto supone una actitud serena, largoplacista. No tiene nada que ver con “no soporto una cagada más y os vais a enterar: todos al examen”. Que es a lo me ha sonado, a mí y a muchos, el huracán Vasile.

Y además, si los americanos lo hacen, por algo será. Lo que ya tengo mis muy serias dudas de que el mecanismo de evaluación vaya a ser el mismo que allá. Cierto que en USA no todo es color de rosa y hay showrunners muy reputados que se han llevado un buen revolcón. Lo bonito, aunque lo veo utópico, sería hacer como nos contó Sören Sveistrup, en su master-class de junio pasado en Barcelona: tras crear una serie que fue un éxito de crítica y público la TV danesa le dijo: “Ahora haz tú lo que quieras hacer”. Y entonces creó Forbrydelsen, un éxito aún mayor, que ha tenido remake en Estados Unidos y ha sido el gran símbolo de la calidad de la ficción danesa (un país pequeñito, no lo olvidemos). Interesante canje: carta blanca como premio al éxito. Y salió bien. Pero también podría haber salido mal.  Mejor tener un piloto aunque te llames Sveistrup.

Pero, y aquí viene la madre del cordero: ¿Quién y cómo tiene que evaluarse ese piloto? Creo que sólo hay una respuesta válida: con público real, con una medición correcta de sus reacciones. Con auténticas señoras de Cuenca ¿por qué no? Ya está bien de tomar en vano su santo nombre. Ya esta bien de teorizar, sobre lo que le gusta y lo que no, desde la barra de un pub de Serrano. La señora de Cuenca tiene todo lo que necesita un buen espectador: bagaje vital. Lleva años trabajando, criando a su familia, sufriendo, teniendo esperanza, temiendo, alegrándose… la señora de Cuenca ha visto nacer y morir a los suyos, ha cosido el vestido de novia de su hija y la mortaja de sus padres. ¿Qué le vamos a contar sobre el ser humano que ella no pueda entender? Y ha  mamado muy buena tele: hace 30 años ya disfrutaron de Yo Claudio, de Poldark, de Juncal, de Arriba y abajo… No tengamos miedo a su opinión, pero dejémosle expresarla por si misma, que nadie nos ha pedido que seamos sus intermediarios.

Y, junto a la señora de Cuenca metamos en el público a jóvenes estudiantes, a taxistas, a vendedores de seguros, a cantantes de rock… incluso a algún notario, algún médico de familia (del ambulatorio del barrio, no a Emilio Aragón)… cada uno por separado tal vez no, pero todos juntos saben mucho más que cualquier directivo de TV. Saben cosas que no se enseñan en las escuelas de negocios. Saben más que el ejecutivo-bimbo, que es aquel que ha recalado en una cadena porque el grupo de inversores para el que trabaja ha diversificado sus intereses entre la bolleria industrial y la televisión. Y lo que haga falta.

Así un piloto es útil. Mucho. Así nos va a beneficiar a todos. Pero si lo tiene que evaluar un comité de autoerigidos en sabios, de simples enmendadores del trabajo ajeno porque yo lo valgo… vamos mal, muy mal. Sólo tendremos una caja de grillos ampliada y autocomplacida que de ninguna manera va a evitar que vuelvan a cometerse graves errores de cálculo. Ejemplos de grandes desastres tras órdenes “de arriba” sobran.  De momento, según avanza la prensa, el gran jurado van a ser TODA la dirección. Tendrán que encontrar la solución los mismos que antes no supieron ver el fallo.

En conclusión: la idea es muy buena. Pero hay que pensarla más y falta acertar la implementación. Porque sólo dará fruto si se cumplen estas tres condiciones: Desarrollo, respeto y tiempo por delante. Cualquier otra cosa son parches coyunturales. O reacciones de pánico.

MIS PLANOS FAVORITOS

Por Rafa Ferrero

Una de las grandes diferencias que existen entre escribir novelas y escribir guiones es que los guionistas estamos obligados a pensar en imágenes. Siempre podemos usar los diálogos o incluso la voz en off para explicar ciertas cosas, claro, pero todo aquel que quiera exprimir al máximo las posibilidades que le brinda el séptimo arte se rebanará los sesos tratando de encontrar esa imagen que consiga explicar, resumir o simbolizar lo que sea que quiere transmitir.

Esto, a veces, es complicadísimo. Pero, a cambio, nos brinda la oportunidad de golpear al espectador con un arma con la que el escritor de novelas no cuenta, el silencio.
Personalmente, cada vez que me encuentro con uno de esos planos que no necesitan de nada más que la imagen y el contexto creado por la propia historia para explicar un concepto complejo, me enamoro un poco más de este oficio.

Hace poco, me encontré con uno de esos planos. Será el primero del que os hablaré. Y pensando en él me dio por empezar una lista de todos los planos que, de algún modo, consiguieron provocarme este efecto. Comparto aquí una pequeña muestra con algunos de mis planos favoritos y os animo a que compartáis los vuestros en los comentarios.

Hijos del Tercer Reich 

Hijos del Tercer Reich

Un joven inteligente y con personalidad propia se ve obligado a ir a combatir en una guerra en la que no cree, sencillamente, porque no cree en ninguna guerra. Los primeros meses trata de seguir siendo fiel a sus principios, pero la crueldad que le rodea le irá afectando hasta el punto de acabar transformándolo por completo.

En el tercer y último capítulo de la miniserie, cuando la evolución del personaje ya es completa, llega esta maravillosa escena. El joven se queda dormido en medio del bosque y, al despertar, se encuentra cara a cara con un lobo que lo olisquea primero y le gruñe después, mostrándole los dientes amenazadoramente a pocos palmos de la cara. Él no se mueve. Incluso le mantiene la mirada.

Su reacción es la de alguien que ha perdido el respeto a la muerte. Ha asumido la propia y la suministra a otros sin pestañear. Se ha convertido en algo distinto a un ser humano porque, si algo nos define, es el miedo a la muerte.

Este plano simboliza la evolución de este personaje de un modo tan limpio que estremece.

The Wire

The Wire

Este es el primer plano del primer capítulo. Así empieza la serie. Sangre reciente sobre el asfalto de una calle de Baltimore iluminada por las luces de un coche de policía. Sencillamente genial. Casi podría decirse que toda la serie gira en torno a esta imagen. La sangre mana de agujeros de bala distintos, pero nunca deja de correr.

Este plano consigue contextualizar toda la serie en un solo segundo. Estoy seguro de que algo así no se habría podido conseguir si no fuese porque sus creadores tenían muy clara toda la serie en su conjunto antes de rodar un solo plano. Ojalá todo el mundo pudiese trabajar en estas condiciones.

Breaking Bad

Breaking bad

Esta serie arrancó con una gran idea de trama, pero si se mantuvo durante cinco temporadas y llegó a ser mítica fue gracias a una genial construcción de personaje. Walter White es un tipo ambicioso, rencoroso, egocéntrico, perfeccionista y un tanto obsesivo. Cuando trabaja en el laboratorio busca la perfección y cuando todo le va mal y el trabajo se convierte en lo único que le reporta satisfacciones en la vida, esa obsesión por conseguir la perfección se vuelve compulsiva.

Conseguir explicar algo así en una sola imagen no era sencillo, pero lo consiguieron con una idea brillante. ¿Consentiría Walter White que una mosca pululase libremente por su laboratorio contaminándolo todo? La respuesta, obviamente, es un NO rotundo. Y dedicaron todo un capítulo, el décimo de la tercera temporada, a regodearse en esta idea, regalándonos planos como este, que casi podrían considerarse una descripción de personaje en imágenes.

Tres colores: Azul

Azul

Si hay algo complicado de transmitir en imágenes son los sentimientos. Recurrir a la expresividad del actor, a los gestos obvios de los personajes, o a los diálogos explicativos, es el primer impulso. Pero existen otras formas extremadamente más refinadas de expresarlos y en esta película se exhibe una de ellas de un modo magistral.

La protagonista pierde a su familia en un accidente de tráfico al inicio de la película y la historia recorre todas y cada una de las fases del duelo y superación de este trauma. El azul simboliza este dolor y el modo en que la protagonista se va relacionando con este color explica cómo poco a poco va consiguiendo superar el golpe.

Y para que ese color pudiese encarnarse en algo físico, se usa un fetiche, un móvil de cristales azules que colgaba del techo de la habitación de su hija. La protagonista establecerá una relación muy especial con este objeto. Primero dirigirá hacia él su ira. Después se enfrentará a él, mirándolo directamente como el que desafía a sus demonios. Y finalmente conseguirá acostumbrarse a él, llevándolo tras de sí cuando se mude a otra casa, en un intento por aprender a convivir con su pasado porque tratar de huir de él es imposible.

El momento en que la protagonista pierde su mirada en esos cristales, sabiendo los recuerdos y el significado que ese objeto tiene para ella, supera cualquier  diálogo antes incluso de que intente escribirse. Al hablar elegimos palabras y el dolor no puede contenerse en ellas, en ninguna combinación de ellas. Por eso, el silencio consigue transmitir mejor este sentimiento. Se trata más de una cuestión de empatía, de vibración de cuerdas, que de comprensión racional.

Tots a una veu

Tots a una veu

“Tots a una veu” es una película pequeña, pero contiene muchos tesoros. Dejad que os traiga aquí uno de mis preferidos.

“Salnitre” es el cortometraje que cierra la cinta. En él, se cuenta la historia de un vecino del barrio valenciano del Cabanyal que ha decidido autoexiliarse en un barco de siete metros de eslora fondeado frente a la costa valenciana. Diez años lleva el hombre allí, a la distancia justa que le permite sentirse lejos de la ciudad que odia, pero lo suficientemente cerca como para seguir viendo cada día la ciudad que ama.

Esta imagen retrata tan bien el sentimiento de amor-odio que muchos valencianos sentimos por nuestra ciudad que casi podría considerarse un símbolo, un resumen de una época.

CARTA ABIERTA A ALFONSO RUS

Con motivo de las recientes declaraciones de Alfonso Rus ofreciéndose a financiar “L’Alqueria Blanca” y sugiriendo la eliminación del personaje de Tonet, la junta directiva de EDAV (Escriptors de l’Audiovisual Valencià) ha redactado la siguiente misiva.

A la atención de Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia.

Hemos tenido conocimiento a través de los medios de comunicación de su intención de introducirse en el mundo del guion. Como asociación que representa al 80% de los guionistas de la Comunidad Valenciana, nos gustaría darle la bienvenida al oficio y hacer lo posible por ayudarle en esta nueva aventura profesional. Con ese motivo, nos permitimos dirigirnos a usted para transmitirle algunos consejos que esperamos le sean de utilidad.

En una situación como la actual, la audacia es una de las mejores cualidades que puede tener ahora mismo un guionista. Aún así, en general es más práctico formar parte del equipo de guion antes de intentar “vender” una trama. Para ello, la vía más frecuente es hacer una prueba de guion. Ahora mismo parece que L’Alqueria Blanca no está precisamente buscando guionistas, pero con una propuesta tan rompedora como la suya seguro que habrá llamado su atención.

Tonet

Algunos de ellos son socios de EDAV, así que nos ofrecemos para organizar un encuentro en el que tenga la ocasión de exponerles sus ideas con más detalle y recoger el feedback que le den al respecto. Tal vez se muestren reacios a suprimir uno de los personajes más populares y queridos de la serie sin que haya para ello ningún motivo narrativo lógico. O acaso argumenten que a un personaje solo hay que eliminarlo cuando su ciclo ya está claramente agotado, cuando después de varias temporadas hace falta renovar el reparto con nuevos protagonistas que sustituyan a los que hace tiempo que están arruinando la serie.

Alfonsorus

Si ése fuera el caso y finalmente no convence al equipo de l’Alqueria, no se desanime. Seguro que encuentra otra producción en la que sean más receptivos a sus innovadoras propuestas. Es cierto que no ha elegido el mejor momento para empezar en el oficio. El cierre de RTVV, la parálisis de la Ciudad de la Luz y el recorte en los presupuestos del IVAC y después Culturarts han provocado en la práctica la aniquilación del sector audiovisual valenciano. Los índices de paro alcanzan casi el 90%. La precariedad y los impagos están a la orden del día. A pesar de todo ello, y teniendo en cuenta el talento para géneros tan nuestros como el sainete y la parodia que ha demostrado usted a lo largo de su carrera, estamos convencidos de que conseguirá hacerse un hueco.

Y un último consejo. Tanto si encuentra trabajo como si no, asóciese a EDAV. Son tiempos difíciles y hemos de luchar todos juntos por el futuro de nuestra profesión.

Un cordial saludo.

JUNTA DE EDAV (Escriptors de l’Audiovisual Valencià).

DE PROFESIÓN: FRANCOTIRADOR

Nuestra firma invitada de hoy ha trabajado como guionista en multitud de programas, series y películas. Como director ha dirigido dos largometrajes «Carne cruda» y «Blockbuster». Recientemente ha sido el coordinador de guiones de «Gran Reserva. el Origen». Es alicantino (más concretamente de Alcoi) y responde al nombre de Tirso Calero.

Por Tirso Calero

 Desde que empecé como guionista, siempre he sentido que era como un francotirador que iba superando misiones para seguir sobreviviendo en la jungla. Y me han tocado objetivos de lo más diversos, desde rellenar guiones de “Ana y los siete” con gags, hasta escribir teatrillos para “La Campos” o hacer cuñas publicitarias de una famosa empresa de pizzas a domicilio. Al principio, esas aventuras eran divertidas. Para mí, recién llegado de provincias, todo lo que me ofrecía Madrid me gustaba, y no sólo porque compartía piso con un jefe de seguridad de la discoteca Pachá.

Era un Licenciado en Derecho que, de carambola, había acabado en un plató de TV trabajando para una de las productoras más importantes de la época (de esto hace ya 13 años) y charlando con Nuria Roca, Ramón García o Juan Imedio (grandes estrellas de la televisión… de entonces, claro)

Pero en este país, si alguien quiere ser un guionista de verdad, debe llevarse unas buenas hostias para ir entrando en calor… En aquella época, “vendí” el guión de un largometraje a una productora de Barcelona pero a la hora de cobrar, no hubo rastro de ellos. (Si esto no te ha pasado alguna vez, no eres un guionista de verdad… o eres la excepción que confirma la regla). También me llevé una buena sorpresa en el mundo del teatro. Resulta que dos actorcillos de medio pelo, bastante famosos por aparecer en una serie diaria de la época, me piden que les escriba una obra de teatro. Lo hago. Les gusta mucho. Se hacen posters y ya hay fecha para el estreno en Madrid. ¡Genial! Pero me llaman diciendo que todo se ha ido al garete. Bueno, son cosas que pasan… Pero a los seis meses veo anunciada la misma obra, con los mismos actores y el título cambiado. ¡Joder! ¿Eso se puede hacer? En este país, sí. (Por cierto, el próximo mes de enero estreno en Madrid una obra que he escrito titulada “Love Room”. Aprovecho este post como prueba por si me vuelve a pasar lo mismo).

Sin duda, iba por el buen camino del guionista. Me iba forjando a base de leñazos. De mi primera experiencia seria en el cine, la película “Miguel y William”, podría escribir mucho, demasiado… No lo voy a hacer. La iba a dirigir Manuel Gutiérrez Aragón y mi compañero Miguel Ángel Gómez y yo habíamos escrito en colaboración con ese reputado director un guión que era una especie de western crepuscular. Evidentemente, la película que surgió finalmente fue… otra cosa.

Pero la forja del guerrero iba bien. El francotirador se iba formando.

Y llega mi primera película como director, “Carne Cruda”. ¿Por qué un guionista se convierte en director? En España, por el sistema de producción existente, casi te obligan a ello si quieres sacar adelante tus propias historias. Con “Carne Cruda” descubrí el “maravilloso” mundo del cine español. Aluciné y comprendí una cosa. No se puede hacer cine comercial sin un buen presupuesto para ello. Con un presupuesto irrisorio pretendía yo reventar las taquillas de toda España. ¿Estaba loco? Lo que pasa es que no sabía cómo funciona la “industria” del cine patrio. Ahora ya lo sé. Por eso, en mi segunda película he hecho lo que he querido. “Blockbuster” es una historia muy personal, en blanco y negro, que habla de mi amistad con Sancho Gracia y de la muerte de mi padre…

Y eso me recuerda otro mal trago por el que tuve que pasar como guionista. Resulta que, siendo yo uno de los creadores y coordinador de guión de una importante serie, debí ausentarme durante unos meses para cuidar a mi padre enfermo porque, obviamente, no tenía la cabeza para escribir… Tras el fatal desenlace, me tuve que buscar la vida fuera de esa serie… Como rezaba la película “Network”, la televisión es un mundo implacable. De todas maneras, aquello me ayudó en mi formación como francotirador.

Afortunadamente, he estado en series maravillosas, he compartido escritura con excelentes compañeros y he podido rodar dos películas como director. En comparación con muchos otros guionistas, sé que he tenido suerte y no me quejo de nada.

Simplemente, me gustaría que este post sirviera para dar ánimos. Vosotros, guionistas, os encontraréis con muchos obstáculos en el camino, con decepciones, con frustraciones… Pero todo eso os hará más fuertes porque nada ni nadie os podrá arrebatar la pasión que da sentido a vuestra vida: escribir.

#GoodbyeBreakingBad

Walter/Heisenberg

Walter/Heisenberg

Por Martín Román.

I

 

Empiezo a escribir el artículo a escasas horas de ver el último capítulo de Breaking Bad. Hay mucha emoción y cierta tristeza al ver el final de esta serie. Pero creo que no merecería alargarla más, ya sabéis la máxima del guión: entra cuando esté empezado y sal antes de que termine. Los últimos meses vivo esquivando spoilers, tratando de llegar virgen a cada uno de los visionados. Hasta hoy lo he logrado. Si tú, lector, no estás al día con la serie (¿a qué esperas?) te recomiendo dejes de leer aquí porque algún spoiler va a caer.

 

No sé nada pero intuyo que Walter White va a morir.  Es el destino del personaje, en el primer episodio le diagnostican cáncer de pulmón, lo que es prácticamente una condena. La duda es cómo va a morir, dudo mucho que sea la enfermedad, hay varios candidatos que le tienen más inquina: Jesse Pinkman, Marie, Skyler, Lydia, la DEA… Si no muere creo que me decepcionaré.

 

Veo a Walter White como el protagonista de la primera gran tragedia del siglo XXI. Es un personaje que se adelantó a la crisis de Europa y de España, ahora que con la excusa de los recortes el (mal)gobierno está convirtiendo la sanidad en un negocio podemos entender mucho mejor su situación. En EEUU padecer una de estas enfermedades te convierte en pobre y te condena a morir o a endeudar a tu familia si no tienes un seguro que cubra todos los gastos (¿en España ahora también, no?). Esto empuja a un anodino profesor de química, del que luego sabremos que podía haberse convertido en un químico reputado, a “cocinar” metanfetamina en forma de cristales azules, la mejor metanfetamina que nunca ha llegado a las calles. Hay aquí una gran crítica al sistema que se articula bajo la máxima de que el neoliberalismo empuja a las personas a convertirse en criminales para sobrevivir.

 

Días antes de que empezara esta última temporada, mis compañeros de piso (los editores Sam Baixauli y Sonia Sánchez) y yo, con quienes comparto adicción, vimos el primer capítulo de todos. Queríamos saber si realmente la evolución de los personajes estaba planteada desde el principio. No nos quedó duda de que así era. Heisenberg vivía enterrado bajo la personalidad de un anodino Walter White, Jesse Pinkman, tenía todas las papeletas para destruir su vida y lo va haciendo capítulo a capítulo aunque intente lo contrario. Hank es un fanfarrón que se toma su vida trabajo muy en serio, Skyler vive preocupada por su hijo y la hija que vendrá dispuesta a todo por protegerlos.

 

La serie se ha dividido en cinco temporadas (en realidad seis), seis años para narrar un tiempo dramático que ocupa dos años en la vida de los personajes. Físicamente han cambiado mucho, especialmente Flynn y Jesse, pero los personajes están tan bien armados, es tal su su complejidad, que lo olvidas enseguida.

 

Atrás quedan ya Mike, Gus Fringe, Tuco, Jane, Gale Boetticher… muchos cadáveres que pesan sobre Walter Withe y Jesse Pinkman, aunque de manera más dolorosa para el segundo. A pesar de los muchos crímenes, nos mantuvimos del lado de Walter incluso cuando fue capaz de amenazar a Skyler y dejarle claro que es él “the one who knocks”. Se sostuvo esa querencia hasta que delató a Pinkman ante Todd y los nazis. Ahí empezamos a odiar a Walter White tanto como amamos a los guionistas que son capaces de llevarnos de un lado a otro de las emociones. A pesar de esta traición a Jesse, que seguro Walter/Heisenberg asume que él fue delatado primero a la DEA, estoy convencido de que la transformación del protagonista en este último capítulo va a ser completa y volveremos a estar de su lado y lloraremos su muerte. En breve saldré de dudas. Ahora apago las redes sociales y el móvil para darle al play. En un rato acabo el artículo.

 

 

II

 

Y no decepcionó. Walter afrontó su destino, asumió sus culpas y murió sintiéndose bien consigo mismo. Tanto él como los guionistas cerraron todos los cabos sueltos. El personaje se redimió, creo que lo que sucedió es que Walter aprendió a dominar a Heisenberg, supo tomar de él lo bueno, inteligencia, valor y determinación, y sumárselo a aquél profesor de química que fue preocupado por su familia y por el conocimiento. Ha destruido su familia pero sabe que Skyler, en el fondo, lo ha perdonado. Tal vez tiene la esperanza de que Flynn algún día haga lo mismo. Y el cristal azul desaparece de las calles, Jesse no cocinará nunca más y Walter se lleva su secreto a la tumba. En el último plano parece que Vince Gilligan decidió enviarlo al cielo al dejarlo tendido en el suelo con una sonrisa de satisfacción y elevarse la cámara como si fuese su alma. En paz descanse. #GoodbyeBreakingBad y gracias.

 

Postdata:

Siempre he dicho que Breaking Bad sería la mejor serie de televisión a excepción de The Wire. No soy el único que lo cree.

 

 

Verano de 2013. Crónica personal

Me toca a mí romper el hielo tras este largo y pegajoso verano durante el que hemos tenido el blog de vacaciones. Hemos estado todos más o menos ocupados. Para ser franco, creo que también hemos sufrido un ataque de pereza colectiva y simultánea. Pero o nos ponemos las pilas o alargamos las vacaciones hasta Navidad. Y no es plan. Así que allá va. Dejaré los artículos sesudos para cuando el cerebro recupere un poco su velocidad habitual de crucero, en una o dos semanas, y os contaré, simplemente, mi resumen de los últimos meses.

Por Paco López Barrio

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VICTOR ROS

A finales de primavera terminé mi trabajo en la miniserie Victor Ros, producida por New Atlantis para TVE. Policíaca y de época, ahí es ná. A mí me tocó coescribir el capítulo 4 (de 6) junto con Javier Olivares. Reconozco que empecé el encargo con un cierto miedo. Ha sido mi primera experiencia en ficción para prime time fuera del ámbito valenciano. Pero es que además, Olivares es mucho Olivares. Da vértigo ver su ficha en IMBD: ¡mucha serie y qué series! Y teniendo aún muy fresca la impresión que me causó la primera temporada de Isabel, probablemente lo mejor que se ha escrito en TV en España en años. De repente me vi metido en el mismo equipo que escribió esa maravilla (y unas cuantas joyas más como Infidels o KMM para TV3). Escribir con Javier, con Anaïs Schaaff, con Pablo Olivares ha sido como pasar de jugar en el Levante a fichar por el Barça. Es una de estas situaciones en las que sientes que te juegas mucho más que un partido: te juegas el ganarte un puesto en el mejor equipo de la Primera División o seguir en la liguilla regional para los restos. Pero la cosa, creo, ha salido bien (a falta de lo que opine el público).

Para superar el miedo escénico me marqué una estrategia que recomiendo a todo el mundo: No intentes escribir imitando a tu jefe de equipo. O pensando en qué le gustará y qué no. Porque vas a escribir en falso y no acertarás. Empápate de la biblia, sobre todo de los personajes para que sean consistentes de capítulo a capítulo, y a partir de ahí sé tú mismo. Escribe como honestamente creas que debes hacerlo y será mucho más fácil, gustándote a tí mismo, que le guste a él. Relájate y disfruta aportando lo tuyo. La gracia de un equipo no es ser clones, sino que las diferentes sensibilidades se complementen y enriquezcan el resultado final. Aunque, lo sé, no siempre se tiene la suerte de que tu jefe lo entienda así. Aquí funcionó.

Desde el 2 de septiembre está ya en rodaje. Ya avisaré de la fecha de emisión cuando se sepa, para que podáis pelarnos a gusto. No he visto aún los decorados (espero visitarlos pronto) pero me dicen que son espectaculares. Ahora a esperar que cuaje el próximo proyecto.

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DURMIENDO CON EL ENEMIGO

A finales de junio asistí a las Jornadas de Dinamización que, por segundo año consecutivo, organizó EDAV, el sindicato de guionistas al que pertenezco. Jornada intensa, con ponencias más interesantes unas que otras. Sólo hay una cosa que no me gustó: la invitación a Rosa Vidal, actual directora de Canal 9. Como no me gustó la presencia, el año pasado, de Lola Johnson. Argumento oficial: hay que sentarlos en nuestra mesa, para que escuchen lo que tenemos que decirles. Impecable si se programase su presencia en una mesa redonda, con otros participantes críticos y posibilidad de hacer preguntas incómodas desde el público.

Pero si se les invita para la inauguración, lo que hacemos es concederles un lugar protocolario destacado, como si fuesen organizadores del acto. Llegan, saludan y se van… no se les puede preguntar, no se les puede decir nada a la cara y además les regalamos la oportunidad de salir guapos en la foto sin merecerlo. Esta gente son el brazo ejecutor de la gran matanza del audiovisual valenciano. No me digáis: “A ellos también les duelen los recortes”, que no me lo creo. Como me comentó un colega en la pausa del café: “Una cosa es quedar con el asesino para conminarle a que deje de matar. Y otra para debatir con él cómo limpiamos la sangre”. Por favor, si el año que viene se vuelve a organizar, no les llaméis. O no, al menos, para sonreír y cortar la cinta. Ponedlos a tiro de nuestras preguntas impertinentes o que no vengan. Que no pierdan su tiempo ni nosotros el nuestro.

PASSEJANT PER BARCELONA

sveistrup

Junio terminó con una visita relámpago a Barcelona. Los colegas del GAC habían organizado una master-class con el guionista danés Sören Sveistrup (el alto y rubio de la foto), el creador de Forbrydelsen (para muchos la mejor serie europea reciente). Luego los americanos compraron los derechos y de ahí salió The Killing.

A destacar la impecable labor de Anaïs Schaaff como moderadora del debate. Si alguien quiere escuchar lo que se dijo aquí está el vídeo. Eso si, son dos horas de escuchar catalán por una oreja e inglés por la otra.

Aparte de eso siempre es un placer tomarse una cerveza en la Plaza de San Felipe Neri, a la sombra de Santa María del Pi. Así lo hice con Joan Álvarez (el de Barcelona, no el valenciano) con quien ya tenía amistad virtual desde hace un par de años. Un tipo estupendo, como lo es también Nacho Cabana (el padre de Nacho Muppet, el crítico de cine más rompedor de los últimos tiempos) y a quien pude también “materializar”. A Nacho le agradezco, a raíz de este viaje, haber superado mis recelos hacia la cocina japonesa.

Por la noche cena en el barrio de Gracia con Javier Olivares y Anaïs Schaaff. Con Anaïs comparto la curiosidad por las cocinas orientales. Y con los dos, algunos proyectos que están a la espera de luz verde. En el paseo posterior me enseñaron un lugar muy especial para los dos: “En esta esquina nos quedamos hablando por primera vez, hasta las tantas, de un nuevo proyecto y empezamos a darle forma”. Aquello se convirtió, tiempo después, en la serie de TV3 Kubala, Moreno i Manchón. No hay placa señalando el lugar, pero os lo digo yo: calle Verdi, esquina con La Perla.

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NUEVE SEMANAS DE LOCURA ZARZOSIANA

Ya metidos en julio, llegamos al final del Taller de Escritura Dramática que me ocupó dos tardes por semana durante dos meses y pico, bajo la dirección del dramaturgo Paco Zarzoso. De algún aspecto de este taller ya hablé aquí anteriormente.

Mis motivaciones para participar en él fueron variadas. Una de ellas el abrirme a nuevos campos de trabajo. Pero, sobre todo, había una especie de deseo de bajar a los orígenes del oficio. Nuestra manera de construir escenas está tan mediatizada por la posibilidad de rodar fragmentariamente y sentarse luego en una mesa de montaje que perdemos, tal vez, un poco de vista el qué significa verdaderamente eso de la unidad de acción, de tiempo y de espacio. Me pareció interesante y productivo el intentar acercarme al manejo de tiempos y espacios de una manera más natural, sin mediación de las exigencias técnicas de una cámara. Y al mismo tiempo recuperar otro pulso en el lenguaje, más poético, más calmado, más reflexivo. También por explorar otra manera de poner en relación lo posible y lo creíble. Siempre he tenido la sensación – y en el taller la confirmé- de que el manejo de lo imaginario en su relación con lo real es mucho más libre en el teatro que en otras formas de representación. Y no me refiero a cuan fantástica sea una historia y los mundos que visita sino a otra especie de fantasía que se manifiesta a corta distancia en la propia construcción del momento. No se si me explico muy bien, en todo caso sería materia para otro post.

Fue muy estimulante y divertido. Paco Zarzoso nos puso en más de una ocasión contra las cuerdas, planteando ejercicios de impromtu. Ahí o te desinhibes y reaccionas en segundos o te hundes. Tambien disfruté mucho de los ejercicios de escritura “a la manera de”, que desarrollamos a partir de una simple historieta de una página de las Hermanas Gilda. Yo la reescribí tres veces: a lo Tennessee Williams, a lo Eurípides y a lo Chejov. Y me lo pasé de puta madre las tres veces.

Pero me quedo sobre todo con el descubrimiento de Paco Zarzoso como ser humano. Sabe de teatro lo que no está escrito, pero por encima de todo es un tipo todo cordial, próximo y muy divertido. El grupo de alumnos muy bien. Me encantó coincidir allí con Joana Ortueta, que cumplió como una leona pese a su avanzado embarazo (temíamos que rompiese aguas en medio de alguna sesión). Pero aguantó hasta el final.

Si vuelve a organizar este taller os lo recomiendo muy en serio.

teclas

SETENTA TECLAS

Desde hace unos dias soy la tecla / del Proyecto 70 teclas, una iniciativa surgida de un grupo de guionistas clientes asiduos de la Librería 8 ½ de Madrid. La cosa surgió a raíz de un homenaje a Jesús, el dueño de la librería recientemente fallecido.

La finalidad del colectivo es financiar, con una pequeña contribución personal, la edición en libro de dos guiones de cine por año. La idea me gustó y entre los promotores hay unos cuantos compañeros que aprecio y respeto. No doy nombres que la lista es larga, pero el que me terminó de convencer fue Carlos López que ha sido un captador muy activo. Los detalles en la web de ALMA (aunque la lista de teclistas no está actualizada).

En broma he dicho que, más allá de la edición, deberíamos constituirnos como lobby. Como una especie de masonería guionística y terminar controlando el mundo. Y no lo descarto del todo. Gente que se junta para editar libros es muy posible que acaben poniendo en marcha con el tiempo otras iniciativas. Y yo quiero estar ahí.

tots

TOTS A UNA VEU

A mediados de septiembre asistí al estreno en el Centre Octubre de Valencia del largometraje Tots a una veu. Se trata de una colección de cortometrajes con un leit motiv común (al estilo de Paris, je t’aime) que tienen todos la peculiaridad de estar ubicados en Valencia. Y, a través de ellos, denunciar la situación en que vivimos. La iniciativa partió, hace un año de Rafa Ferrero y Guadalupe Sáez, que han coordinado el proyecto hasta el final.

Rafa o Guada os lo podrán explicar mejor que yo. Simplemente contaros que fui invitado a participar desde el primer momento. Y llegué a tener mi corto escrito y los actores apalabrados. Pero por circunstancias personales (hace unos meses se me complicaron algunos problemas familiares) decidí dejar el tema para otra ocasión. Os confieso que, visto lo que vi en el estreno, me ha dado mucha pena no estar yo ahí también. Porque les ha salido redonda, pese a la variedad de temas y estilos y, sobre todo, la precariedad de los medios. El presupuesto era 0 euros. Ni uno más ni uno menos. En FB podreis encontrar fechas y lugares de las próximas proyecciones. Os la recomiendo.

Al final mi aportación fue prestar a mi hija como actriz. La niña que sale en el corto de Rafa Ferrero, en la escena de la tienda de videojuegos, es mi hija Patricia. Mi corto… pues espero rodarlo dentro de este curso que empieza si no se tuerce nada otra vez.

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ADÉU, RTVV

 

 

Adéu, RTVV. Crònica del penúltim fracàs de la societat valenciana, es un libro colectivo en el que se recogen articulos de 21 colaboradores, publicados en diarios y blogs, acerca del proceso de hundimiento de la radio y televisión pública valenciana.  La recopilación es obra de Vicent Climent y Borja Flors y ha sido editado por la Universidad de Valencia.

En el libro se recogen tres artículos míos. Dos publicados en este mismo blog y un tercero en la revista digital Los Ojos de Hipatia.   Aunque ya estaba en las librerias desde mediados de julio el acto de presentación oficial se retrasó para pillar a la gente de vuelta de vacaciones.

El acto se celebró en el Colegio Mayor Rector Peset. Allí tuve la oportunidad de dar un abrazo a compañeros que no veía hace años.  Sobretodo a mis cámaras de los primeros programas, en el 89/90.

Si queréis tener una buena visión de conjunto de cómo se destroza un hermoso proyecto colectivo, os lo recomiendo. Pero aviso: pone de muy mal humor.

bilbao

SIEMPRE NOS QUEDARÁ BILBAO

Y allí nos veremos pronto, porque ha sido la ciudad elegida como sede del III Encuentro de Guionistas, tras los celebrados en Valencia (2010) y Madrid (2011). El año pasado, como ya había encuentro internacional en Barcelona (al que también asistí) no se convocó.

Sobre el encuentro escribí una parida en twitter (@pacolb) que cayó en gracia y se convirtió en uno de los eslogans de la convocatoria. Así que no puedo faltar. Y porque además Ana Hormaetxea y Asier Guerricaetxeberría me han prometido llevarme a sus chiringuitos preferidos. No me lo voy a perder.

CARTA ABIERTA A JOSÉ LUIS MORENO

Por Rafa Ferrero

Antes que nada, te aclararé una cosa, no nos conocemos. Nunca hemos coincidido, nunca habías leído nada escrito por mí y tampoco me debes dinero.
Puede que te sorprenda que un guionista te escriba para otra cosa que no sea reclamarte el dinero que le debes, pero es que me tienes preocupado José Luis. Bueno, en realidad, si te soy sincero, el que me preocupa no eres tú, es tu forma de hacer las cosas.

Esta semana han corrido como la pólvora los videos de presentación de tu nuevo proyecto, You more Tv. Ese canal de youtube tan novedoso en el que se pueden ver, por ejemplo, tus actuaciones con Rockefeler.
En confianza te diré, por si no lo sabes ya, que en el sector audiovisual español hace tiempo que no se tiene muy buen concepto de ti. Pero me temo que las críticas que ha recibido este proyecto no se deben sólo a tu pasado, el proyecto merece crítica propia.

Por ir al grano, te diré las frases exactas que han hecho saltar todas la alarmas: “Las series que os vayamos ofreciendo os pedimos que nos mandéis vosotros nuevos capítulos sobre esa misma temática y con esos mismos actores. Nosotros los reharemos, elegiremos a los mejores y nos reiremos juntos. La fantasía al poder.” Esto no es fantasía, José Luis, esto es otra cosa muy distinta.

Pretender que la gente trabaje gratis está feo. Puede que a ti te parezca que, en realidad, lo que estás haciendo es dar una oportunidad única a la gente que empieza para que sus guiones lleguen a ser rodados. A lo mejor, en tu cabeza, esto de recibir guiones de capítulos de serie no es más que una forma novedosa de interactuar con el público. Puede incluso que te veas a ti mismo como un innovador que acaba de inventar una fórmula mágica para abaratar costes. Hasta te imagino cabreándote si a alguien se le ocurre copiarte la idea…
Despierta José Luis, nada de todo eso sucede en el mundo real. En el mundo real los guiones se pagan. Esto es mejor que lo vayas asumiendo desde ya.
No quiero ser mal pensado. Puede que lo que realmente quieras hacer, aunque no lo hayas explicado bien, sea una especie de concurso de guión. En ese caso podríamos llegar a entendernos.

Lo único que tienes que hacer es redactar unas bases que regulen las condiciones en las que se va a celebrar el concurso y en las que se especifique claramente en qué consiste el premio, los plazos de entrega y de resolución del concurso, el formato en que se deben entregar los guiones, el criterio que se va a seguir para la deliberación… en fin, toda una serie de detalles que no mencionas en tu video. Y luego, por supuesto, coges esas bases y las llevas a un notario para que quede constancia.
Esas serán las reglas del juego y quien quiera participar deberá estar informado de las mismas porque cualquiera que envíe un guión las estará aceptando tácitamente.

¿Podrías redactar unas bases en las que se especificase que no hay ningún premio en metálico? Podrías, es un poco cutre también te lo digo, pero podrías. Lo que no podrías hacer ni siquiera de este modo es apropiarte de los guiones ganadores. ¿Por qué? Muy sencillo José Luis, porque los guiones de los participantes y sus derechos de explotación, pertenecen a sus autores en todo momento. Participar en un concurso no puede llevar asociado nunca una cesión de derechos gratuita. Por más que te guste alguno de los guiones que te lleguen, no podrías hacer uso de él a menos que le comunicases al autor tu intención de hacerlo y lo acordases con él mediante un contrato en el que deberán incluirse, entre otras, cláusulas como el precio, la duración de la cesión, el territorio, las explotaciones autorizadas y la cesión o no cesión a terceros.

Ya sé que todo esto suena aburridísimo. No es ni la mitad de gracioso que tu video. Pero qué quieres que te diga, mi intención no es hacerte reír, es hacerte recapacitar.

Aplaudo tu iniciativa, ojalá hagas las cosas bien y consigas convertir You more Tv en un éxito. Ya va siendo hora de que alguien consiga rentabilizar un proyecto audiovisual que tenga internet como único canal de distribución. Pero te pido por favor que no intentes hacerlo abusando de las ganas y la buena voluntad de la gente.
Si tienes dudas sobre cómo hacer las cosas puedes ponerte en contacto con las asociaciones de guionistas. Por ejemplo, puedes enviarnos una primera redacción de las bases, nosotros las reharemos y nos reiremos juntos. De lo contrario, nos tendrás enfrente.

En tu etapa de ventrílocuo conseguiste refinar mucho el arte de la manipulación, pero por favor, deja de tratarnos como si fuésemos tus muñecos. Y sobre todo, que no se te ocurra meternos la mano por el culo.