LA PROCRASTINACIÓN COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO

Nuestra firma invitada de hoy es Álvaro Loman, guionista, diseñador de juegos de rol y una de las firmas de guionistas canariosAdemás de colaborar en varias webseries como Pendiente de Título, 100 Calabazas, Canal Friki o Pigmalión está a punto de sacar el juego de rol El Fin del Mundo con Edge Entertainment. Juego del que es creador, escritor y diseñador.

Por Álvaro Loman

Llevo cosa de un mes escribiendo sobre mil y una maneras de cómo procrastinar mejor. Alimentar la bestia de la procrastinación con viajes a la cocina, paseos por el Facebook y demás absurdas acciones sin más intención que la de perder tiempo. Excusas y más excusas para poder seguir haciéndolo sin que te pillen, ampliar fechas de entrega y demás cosas que un buen guionista no debería hacer.

Digo yo, vamos.

Pero en el fondo, atrapado en el origen del chiste, creo que nos perdemos una cuestión importante. Que la procrastinación no sólo es útil, sino necesaria.

Supongo que lo primero debería ser explicar QUÉ es la procrastinación. Probablemente ya sabéis lo que es. Aún diría más, seguro que la estáis practicando en este momento. Procrastinar es posponer algo importante dándole prioridad a cosas que no deberían tenerla. Un error habitual es confundir la procrastinación con la vaguería. No es lo mismo.

Ser vago es no querer hacer nada que implique un esfuerzo, ser un procrastinador tiene que ver con no implicarte y punto. No sería la primera ni la última vez que alguien limpia su casa, ordena su cuarto, hace la compra o va al gimnasio con tal de no afrontar lo que sea que tenga que hacer. Ya sea escribir la enésima versión de un guión o declararse a la persona de la que está secretamente enamorado.

“Luego hago eso. Primero tengo que contestar a este mail”

Todos tenemos miedos y afrontarlos es jodido, así que dedicar tu mente a algo intrascendente es una manera cobarde, inefectiva, pero real de encararte a ellos. Sip. Procrastinar es una manera irracional de no enfrentarte a un problema, a base de apilar excusas delante hasta que resulte imposible encararlo.

Aun así, hay veces que la procrastinación puede ser un aliado. Es truco es controlarla y no dejar que te controle. Usarla en tu beneficio, como un barómetro que mida tu ansiedad, y poder así delimitar su espacio. He aquí unos consejos prácticos para que la procrastinación (cual ser mitológico imposible de derrotar) no intente cogerse más tiempo del que debería:

– Desconexiones periódicas: Estar siete, ocho o nueve horas seguidas metido en un guión (y quien dice guión, dice trabajo intelectual), notando como tu cerebro se va espesando no es bueno para nadie. Tu cerebro te pide echar el freno. Hay momento donde debes estar especialmente brillante y de repente te parece importantísimo buscar en imdb la película que te recomendó alguien, o comprobar si en 9Gag hanpublicado más mierda que ni siquiera te hará reír.

Bueno, eso es un síntoma de que debes parar. Tu cerebro no da para más y necesita refrescarse, así que te intenta distraer con chorradas. El problema es controlar cuando de verdad necesitas un descanso y cuando, simplemente, quieres ser vago.

Para mí el truco es hacer una operación matemática sencilla mentalmente. Si, por ejemplo, me cuesta multiplicar dos números de dos cifras significa que mi cerebro necesita parar. No voy a poder seguir en esa situación y forzarme a ello sólo va a servir para conseguir más estrés.

– Ejercicio físico: Cuando el cerebro te pida un respiro, pasar a otra actividad intelectual no es una buena forma de enfrentarlo. Ver un capítulo de Californication, por muy inspirador que pueda resultar, no te hará liberar tensión. La cabeza te seguirá yendo a cien por hora y no conseguirás realmente nada con el parón.

Algo de actividad física te vendría bien, y si te obligas a salir del cuarto para ello, mejor. Tampoco tienes por qué hacerte una maratón, pero un paseo de 15 minutos, hacer la compra, una ducha o esos ejercicios para fortalecer el tobillo que te mandó el médico son opciones perfectamente válidas.

No te engañes, si no haces algo físico en el tiempo muerto, gana la procrastinación.

– El horario es sagrado: Todo guionista trabaja horas de más para sacar adelante su proyecto maravilloso. Eso hay que asumirlo lo antes posible, para poder asimilarlo antes de que el productor de turno te recorte tus plazos a la mitad sin mayor explicación.

Ahora viene esa perogrullada que todos pensamos, que incluso comentamos entre cervezas y quejas, pero que no nos terminamos de creer: Que necesites la capacidad de trabajar a marchas forzadas no significa que debas hacerlo.

Es importante tener un horario y no salirte de él. Para lo bueno y para lo malo. Si tu horario es de 9 a 3 de lunes a viernes, curra como un cabrón todo ese tiempo. Si necesitas parones tómalos sin problemas, pero de 9 a 3 estás rindiendo todo lo que puedas. Esto es una verdad que debe funcionar en los dos sentidos. Si un domingo a las 5 de la tarde te entra la inspiración, no agarres el portátil y te pongas a escribir como si no hubiera mañana..

Tienes un horario por algo. Tu mente debe estar libre de preocupaciones laborales cuando dichas preocupaciones no deban estar ahí. Si divagando con tus amigos en un bar tienes una epifanía sobre cómo resolver un conflicto del segundo acto, felicidades. Apúntalo para que no se te olvide y sigue disfrutando de la fiesta. Vomita toda la idea el lunes a las 9.

Seguro que hay muchos usos positivos más para la procrastinación, pero supongo que todos ellos pasan por baremar tu reacción ante situaciones externas. Igual que todo sentimiento negativo, siempre es mejor no demonizarlo ni convertirlo en un monstruo que acecha debajo de la cama. Siempre es mejor sentarle en una silla e invitarle a una cerveza, a ver qué te cuenta.

1 comentario en “LA PROCRASTINACIÓN COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO

  1. Pingback: Firmas invitadas | Álvaro Loman

Deja un comentario